A la Monstera deliciosa también se la conoce como Costilla de Adán, fue todo un clásico del interiorismo en los años 70 y ahora está de vuelta. Es una planta fácil de cuidar, le encanta conquistar espacios y aporta un aspecto salvaje.
Luz
Podemos ubicar a la Monstera deliciosa tanto en interiores como exteriores. Tolera una amplia gama de luz indirecta, pero ideal adaptarnos a sus necesidades para que crezca a buen ritmo, fuerte y sana.
En caso de tenerla dentro de nuestras casas, la Monstera prosperará en un lugar luminoso, con luz indirecta brillante o filtrada. Tolera la luz indirecta media o poca luz, pero crecerá más lentamente.
Este ejemplar también puede decorar nuestros exteriores siempre y cuando sean zonas con clima templada y donde las temperaturas no bajen de los 5 grados. Deberemos buscarle un emplazamiento en la semisombra.
Evitar el sol directo y heladas, sus hojas se quemarían.
Riego:
Moderado, ¡sin encharcar el sustrato! Debe quedar húmedo.
Dejar que el sustrato de la Monstera deliciosa esté seco entre riegos. Cuando veas que las hojas son más finas, están poco tersas y los pecíolos ceden indica que está sedienta.
Eliminá el exceso de agua que quede en el plato de la maceta.
Consejo: comprueba el sustrato en vez de tener un día a la semana marcado para regar, hay varios factores que afectan a la velocidad en la que se seca el sustrato. Podés hundir un lápiz y retirar a los segundos, si sale seco y sin tierra adherida, toca regar.
Humedad:
Le gusta la humedad! Aunque la Monstera deliciosa se adapta a cualquier ambiente, ideal pulverizar sus hojas, sobre todo durante las épocas calurosas, si el ambiente es seco o se enciende la calefacción/aire acondicionado (resecan el entorno).
Si la necesidad de humedad es mayor, se recomienda añadir un plato en la base de la maceta con bolas de arcilla o greda volcánica y agua -sin que toque la base de la maceta- Si la juntás con otras plantas, cooperarán y compartirán la humedad que generan.
