La begonia maculata es una de las plantas de interior que se convierten en punto focal inevitable de un espacio. ¿Por qué acapara nuestra atención? Por un lado, tiene ese punto exótico perfecto para sumar personalidad a cualquier espacio. Por otro lado, la singularidad de sus hojas es tal que es imposible que pase desapercibida. Y, por si estos dos aspectos fueran pocos, hay un tercero que cierra el círculo: los cuidados de la begonia maculata no son nada exigentes.

Originaria de las zonas tropicales de México, esta planta tiene varios nombres. Para algunos es la begonia bambú, para otros la begonia tamaya. El nombre más extendido, begonia maculata, se debe a sus atípicos lunares plateados que resaltan sobre el intenso verde de sus hojas.  Es una de esas plantas con la que siempre vas a sorprender si querés hacer un regalo.

Luz:

Requiere de una buena iluminación, pero que no sea directa, por lo que deberemos ponerla en una habitación donde entre mucha luz natural.

Riego:

Su requerimiento de agua es moderado. Lo podemos comprobar introduciendo un palito de madera con cuidado, si sale seco ¡toca riego! De todas formas es recomendable esperar unos días después de que veamos que el sustrato está seco.

Humedad ambiental:

Necesita una humedad media, que podemos conseguir pulverizando o poniendo un humidificador más o menos cerca suyo.

Sustrato:

Necesita un sustrato muy drenante y aireado. Una mezcla ideal sería mitad turba negra y mitad perlita, con algún aporte de vermiculita.