Es una planta tan bella y llamativa como relativamente fácil de cuidar. Ideal para quienes se inician en el mundo botánico, ya que bien puede catalogarse como una planta de bajo mantenimiento.
Saber cómo cuidar de un anthurium pasa, en gran medida, por comprender sus orígenes. Aunque se dispone de forma natural desde Argentina a México, lo cierto es que esta especie fue descubierta en la selva colombiana a finales del siglo XIX. Una pista, la de su procedencia tropical, clave para comprender algunos de los cuidados que precisa para lucir los intensos colores de sus hojas y brácteas.
Justamente, ése es otro aspecto que suele confundir. Sus brácteas, esas formaciones rojas con forma de volados, no son, a pesar de lo que se cree, flores. En realidad, son únicamente hojas protectoras de la auténtica floración. ¿La parte positiva? Que si seguimos al pie de la letra cómo cuidar un anthurium, disfrutaremos de su increíble colorido durante todo el año.
Luz:
Dado que procede de zonas selváticas, el anthurium demanda buena luz. Es más: solo si dispone de buen luz indirecta podrá crear sus características brácteas y, por tanto, su floración. Puede sobrevivir en espacios con poca luz, pero es importante saber que lo más probable es que solo disfrutemos de sus hojas. Su lugar ideal: cerca de una ventana. Cuidado con esto porque no podemos confundirlo nunca con exponerla a sol directo. De hacerlo, sus hojas podrían quemarse.
Riego:
Saber que es de origen selvático nos da una pista importante en cómo cuidar un anthurium. Es una planta que requiere de buena humedad para mantener sanas sus hojas. Una razón de peso para pulverizarlas con agua sin cloro, y siempre evitando que se empapen. O bastará con poner agua de manera permanente en el plato inferior. Pero eso sí: separando siempre, mediante piedras decorativas o cualquier otra cosa, la base de la maceta del agua.
Aunque sea una planta tropical, no tolera el exceso de humedad en sus raíces ni demanda humedad constante en el sustrato.
La pauta ideal es de un riego a la semana durante el invierno. Una cantidad que se incrementará en los meses de calor, en los que regaremos entre dos y tres veces a la semana. ¿Cómo saber cuándo toca volver a regar? Cuando el sustrato esté ligeramente seco.
1 cuota de $11.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $11.000,00 |
2 cuotas de $6.539,50 | Total $13.079,00 | |
3 cuotas de $4.500,83 | Total $13.502,50 | |
6 cuotas de $2.448,23 | Total $14.689,40 | |
9 cuotas de $1.756,09 | Total $15.804,80 | |
12 cuotas de $1.428,26 | Total $17.139,10 | |
24 cuotas de $1.007,37 | Total $24.176,90 |
3 cuotas de $4.687,10 | Total $14.061,30 | |
6 cuotas de $2.581,33 | Total $15.488,00 |
3 cuotas de $4.735,87 | Total $14.207,60 | |
6 cuotas de $2.599,85 | Total $15.599,10 | |
9 cuotas de $1.945,41 | Total $17.508,70 | |
12 cuotas de $1.593,26 | Total $19.119,10 |
18 cuotas de $1.139,84 | Total $20.517,20 |
3 cuotas de $3.666,67 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $11.000,00 |